Fin de semana más que tranquilo. Mi temor a meter las patas se fue volando cuando abrí los ojos el sábado y de una forma casi mágica supe que no tenía por qué hacerlo. Que estaba bien. Que lo extrañaba, a P., que ese solo hecho era importante para mí y para mi cabeza y que era tan importante que, sabía, si hacía algo me iba a arrepentir. Porque me hacía falta. Porque me importa. Porque estoy empezando a sentir maripositas en el estómago y así yo no le haya dicho "te quiero" sino un escueto "yo también" cuando él me dice que me quiere, así en Facebook sigamos siendo solteros y así ni siquiera nos tengamos en Messenger, creo que estoy entendiendo que esto, con él, tal vez, es posible, es sólo una posibilidad, sea una carrera de 10.000 metros, que empieza despacio y midiendo energías, y no los 100 metros vallas, una carrera llena de tropiezos, rápida, corta y en la que al final uno termina con la lengua afuera pero que después de cinco minutos uno está como nuevo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Toyyyy in loveeee!!!
Publicar un comentario