No mucho por contar. Estoy apestadísima, ventiochuda e insoportable y quisiera salir de mí un ratito a ver si se me pasa todo esto. Fin de semana de fútbol sola y aguapaneluda porque P. llega apenas el domingo, cuando seguro ya voy a estar completamente aliviada. Lo sé, le voy a recriminar que estuve muriéndome durante cuatro días y que sólo por esa pequeñísima razón quiero que el lunes me lleve el desayuno a la cama. Y le voy a sonreír así con carita de por favor mira que estuve malita y tú no estabas para cuidarme y, juro, a él se le va a ablandar el corazón y lo va a hacer, digo yo.
Mañana, un mes oficial.
Ya lo extraño, nada que hacer. Al menos sé que estos dos días de soledad extrema (yo sí que soy dramática) voy a tener mucho tiempo libre para estudiar aunque sea media hora para el súper importante examen del martes.
Me aburro enferma.
Mañana, un mes oficial.
Ya lo extraño, nada que hacer. Al menos sé que estos dos días de soledad extrema (yo sí que soy dramática) voy a tener mucho tiempo libre para estudiar aunque sea media hora para el súper importante examen del martes.
Me aburro enferma.
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