Me pregunto entonces cuál es el objetivo de emborracharme hasta casi perder la conciencia un jueves, bailar hasta morir, beber hasta que mi torrente sanguíneo ya era torrente etílico y terminar en sudadera y pantuflas maldiciendo el día que pasé por un grafitti que decía I'm a shadowboxer and I love magenta y no llevaba una cámara conmigo. Entonces Cat me decía que a la gente buena le pasan cosas buenas y que por eso ahora tengo un hermoso celular con cámara. Qué idioteces de las que habla uno cuando está ebrio. Qué estupidez tener que venir hoy a pretender que trabajo cuando en realidad daría mi reino, con gato incluido, por no tener este guayabo del demonio. Porque afuera el día está bonito y yo me siento bonita a pesar de las ojeras y quisiera ser productiva o no sé, quisiera ser funcional!
Igual, salir y bailar y conocer gente siempre es bonito, sobre todo cuando me siento bonita, el vestido rosado me hace feliz, me siento feliz, todo es tan fácil y no hago nada de lo que pueda arrepentirme al otro día (además de mezclar vino, ron y cerveza, claro).
Hay perspectivas de algo nuevo y eso me emociona… Estoy contenta, lo que pasa es que con esta cara de culo que cargo encima, la gastritis, el dolor de cabeza y la sensación de querer morirme no se me nota.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario