domingo, 22 de febrero de 2009

Time out

Saco un minuto de mi tiempo para escribir, con un espasmo en la espalda que desde el viernes a duras penas me deja moverme con tranquilidad, con una medio gripa pendeja que se me alborota por las noches, con una torta de pan increíble en la nevera, receta de mi bisabuela; con una tonelada de artículos y entrevistas por hacer en un plazo máximo de 2 semanas, con una lista de things to do que me hace despertarme a las 3:30 a.m. a pensar cómo demonios organizar mi tiempo y, oh, a las 4:30 suena la alarma del despertador y yo tengo que levantarme con el dolor de mi alma para alcanzar a salir a coger un bus misterioso y pirata que me lleva en 15 a mi escuela de cocineritos.
5:30 a.m. y yo ya estoy vestida, lista, dormida.
9:30 a.m. y yo ya con ganas de almorzar mientras el mundo despierta.
1 p.m. y yo soy un despojo humano que lo único que quiere es enrollarse en las cobijas y no saber del mundo hasta el otro día.
Me aburro cuando P. se va de viaje porque, qué casualidad, justo esa semana me enfermo. De lo que sea pero me enfermo. Desde una irritación por culpa del desodorante hasta hormigueo continuo en mis manos o gripa o espasmos o lo que sea. Ahora vivo enferma y cansada y no importa que sean las 8 de la noche de un domingo, yo estoy cansada y ya estoy pensando en qué plato cocinar para el examen final de cocina caliente (cocina de autor, he pensado en una reducción de corozo costeño para un mero o un róbalo pero todavía NO SÉ Y ESE TEMA ME TRASNOCHA), pensando en que mañana tengo que, dios, por favor, tener el don de la ubicuidad para lograr estar en tres lugares al mismo tiempo, pensando en que antes de irme para clase tengo que empacar el uniforme y ropa decente para ir a hacer las entrevistas que tengo que hacer y en que no se me pueden olvidar cien mil cosas más que en este momento estoy olvidando.
Por ejemplo, se me olvida que además tengo dos semanas para encontrar un vestido decente para mí porque justito el finde de mi cumple tengo el que pinta ser el mejor matrimonio de mi corta lista de asistencia a matrimonios y claro, P. al parecer va conmigo y ESA sería la presentación en familia del susodicho, y el susodicho se pone a sudar cuando le recuerdo que no ha conseguido la guayabera pero me dice que no quiere dejarme sola justito el finde de mi cumple y yo sonrío y pienso mon-dieu-c'est-l'amour y va uno a ver y sí, el amor...
Y el amor es el que me ha hecho flotar por un timetable tan ocupado como el de la reina madre con una sonrisa en la cara, con suspiros a cada hora, con palabras hermosísimas de ambos lados y con la seguridad de saber que así todo esto que estoy haciendo no me sirva para absolutamente nada en la vida y cuando termine mi carrera vuelva a ser la misma desubicada de siempre, we'll always have each other.
200 días y contando.

2 comentarios:

GS dijo...

A mi me encanta leerte, es que tu vida me parece tan interesante, asi en los años que tengo leyendote. Entiendo lo de enfermarte, tantas cosas y tanta presion encima son terribles y sin el amado para apapacharte... pero animos nena!!

Un abrazo

Tu stalker :P

Anónimo dijo...

mi stalker!!! jaja
ya te extrañaba... ojalá pudiera escribir más seguido para mantenerte al tanto, pero ha sido imposible...
ojalá, en serio, algún día podamos encontrarnos, sería divertidísimo saber que sabes de mí tal vez más que yo!
un abrazo.