jueves, 3 de julio de 2008

Onion Soup

Siempre creí que cuando me tragaba mi blog se volvía extremadamente aburrido y sentimental, pero nunca creí que estando soltera mi cabeza pudiera alcanzar este estado de tranquilidad tan bonito y que, de paso, mis escritos pareciesen salidos de mis más pesadas e intensas temporadas de enamoramiento.
Me gustan muchas cosas de mi vida reciente. Me gusta él, para empezar. También me gusta ver cómo hacen la pizza, cuando el cielo no tiene nubes, hablar con él (el otro) así no sepa en dónde está ni si piensa en mí ni si se acuerda de mí ni nada, mirarme en el espejo y ver que la crema antiarrugas ha surtido efecto, levantarme a las 7:00 a.m. a hacer ejercicio, disfrutar un par de cervezas e irme a dormir, soñar con él (otro), mirar con morbo al niño de la esquina (¡es un niño!), comer mousse de chocolate, sentarme en la tina y dejar que el agua caiga y los espejos se empañen, estar calmada, no darme látigo, sonreír porque sí y sentir que todo en mi vida está bien y, yo lo sé, va a estar mucho mejor. También me gusta cortar champiñones porque son suavecitos, y cebollas porque limpian mis ojos. Si son moradas mejor.
Y la sopa de cebolla, nada que hacer (ajá...).

No hay comentarios: