jueves, 19 de junio de 2008

Glory Days

Y claro, era de esperarse que después de lo que pasó con D. y de lo que ha pasado con todos (que sí, que el pasado es pasado pero no por eso deja de pesar), un día me haya levantado con ganas de reiniciar la dieta, hacer ejercicio todas las noches y prometer que sólo voy a beber una vez a la semana, máximo dos y sólo si hay algún evento que lo amerite.
Ya le dije a A. que voy a imprimir una foto de D. en donde salga bien bien bien feo, y si está borracho mejor, y la voy a pegar en la pared que tengo al frente para cuando esté haciendo mi rutina de kickboxing imaginar que le pego puños a él y le quiebro las gafas y lo dejo mueco. Eso funciona, créanme.
Como el ejercicio libera endorfinas entonces llevo dos días feliz y absolutamente molida. Tan molida que ni ganas tengo de reírme porque me duele todo. Unas por otras, claro. Prefiero evitar cervezas entre semana todo con el fin único de volver a ponerme ese pantalón rosado hermoso en unos 20 días, lo prometo.
Lo de la dieta no es difícil. Es hacer lo mismo que hice cuando bajé los 17 kilos el año pasado, sólo que ahora no tengo a mi mamá para que me haga el almuerzo, mantenga jugos sin azúcar en la nevera y me pique fruta por las mañanas.
Me gusta mucho tener tiempo para preocuparme por mí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con qué dieta bajaste 17 kilos??

Anónimo dijo...

Nada especial, cero azúcar, grasas al mínimo, muchas frutas y verduras, ejercicio mil, máximo tres carbohidratos al día y muuuuuuuucha agua.